Después de sufrir muchas lluvias, en abril finalmente comenzaron los trabajos de cambio del techo.
La primera etapa fue tranquila y sin demasiados contratiempos pues no afectó a las actividades normales del CENS. Pero cuando los trabajos comenzaron con el cielorraso y luego se extendieron a las paredes y puertas, las dificultades para dar las clases no fueron pocas.
Después de largas semanas, el polvo se terminó y los fuertes olores de pintura se disiparon y surgió nuestro CENS remozado y brillante.
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